Sí, cómo nos cuesta soltar. Cómo nos cuesta desprendernos de eso que amamos y aceptar el fluir de la vida cuando radicalmente se nos es quitado.
Y sin duda, día tras día de este 2020, la vida nos enseñó a "empujones" que no hay nada más liberador que ser capaces de aceptar que todo el tiempo estamos siendo sostenidos y que nuestro destino es perfecto. Es perfecto cuando soltamos.
Nos enseñó que mirar hacia adentro es una tarea de todos los días, ¡es un compromiso!
Porque allí, adentro, descubrimos el único lugar donde está lo que realmente amamos, lo que realmente nos gusta, a lo que nos queremos dedicar y también con quién de verdad queremos estar.
Porque traíamos la vida en piloto automático, sin darnos cuenta que nos estaba gritando: STOPPP!!!!!!
Un 2020 glorioso, sí, glorioso, porque naciendo de nuevo estamos, rebuscándonos cada vez más adentro la esencia que penetra nuestros tuétanos. Esa que nos hace sentir vivos... Donde están nuestros verdaderos gustos, emociones, sentimientos y donde la autenticidad reina.
Un año cargado de oportunidades para darnos cuenta que hay que valorar la vida, que pasar tiempo con nosotros mismos es un regalo invaluable, que la soledad es un arma poderosa para que el éxito nos acompañe como parte de nuestro propósito terrenal, oportunidades para corroborar que lo único importante es lo que de verdad está con nosotros y lo que no, soltarlo entonces y con amor dejarlo ir.
Hemos despertado nuestros talentos y nos hemos dado cuenta que con pasión, compromiso, entrega, adaptación al cambio y amor podemos lograrlo todo.
Nuevos seres es lo que ha parido este 2020, no de edad sino de mente...
Seres que se han cambiado a sí mismos y que poco a poco van aportando al cambio de más vidas y del mundo.
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